sábado, 22 de septiembre de 2018



El dinero es energía.
Leonardo Diaz
Astrólogo Metafísico

En la sociedad el dinero es como lo es la sangre en el cuerpo humano, por esta razón el dinero debe circular, fluir para que cumpla su propósito de nutrir. Si el dinero es retenido o acumulado indebidamente crea desequilibrios y atenta contra la ley universal, trayendo ciclos de miseria tanto a nivel personal como colectivo.

Metafísicamente el dinero es considerado como una forma de energía, ya que a través de él podemos fluir en el intercambio de bienes y servicios necesarios para el sostén de la vida humana en el plano material.

No todos sabemos fluir con la energía que representa el dinero. Hay quienes se cierran energéticamente cuando el dinero llega a sus manos. Me refiero a aquellos que no fluyen, negándose a pagar sus deudas. 

Para fluir con el dinero debemos respetar la Ley del Suministro Divino. Imagina que en un momento adquiriste un bien o un servicio a través de alguien que fue tu proveedor. Negarte a pagar o pagar de mala gana es una forma de cortar con la corriente del Divino Suministro, generando una energía negativa.

Los metafísicos bendecimos todo el dinero que llega a nuestras manos, pidiendo al Universo se multiplique, pero también bendecimos el dinero que pasando por nuestras manos llega a otros, pedimos que este dinero también se multiplique y lo entregamos con alegría.

En mi vida laboral fui vendedor–cobrador al tiempo que estudiaba las enseñanzas espirituales. Siempre observé que aquellos clientes que pagaban con mayor fluidez y que no se molestaban con los cobradores gozaban de mayor prosperidad y las energías de sus establecimientos eran más armónicas. Observé también que a este tipo de comerciante eran a los que llegaban los mejores negocios. En cambio, en aquellos clientes que de alguna u otra forma se molestaban con los cobradores o generaban una energía poco amable cuando firmaban sus cheques o entregaban efectivo, sus establecimientos presentaban una energía pobre y en sus oficinas reinaba una energía negativa, principalmente la dejada por los estados emocionales y mentales por los cobradores que también se molestaban.

No solo debemos cuidar la energía que imprimimos en nuestra billetera cada vez que sacamos o colocamos dinero en ella, debemos cuidar el estado de las energías del lugar donde realizamos nuestras transacciones financieras. Son nuestra mente y nuestras emociones las que graban las energías positivas o negativas en los objetos.

El mejor consejo que la metafísica puede ofrecernos  para aplicarlo en esos momentos en que el dinero llega a nuestras manos es; primero, dar gracias por lo recibido. Segundo, honrar las deudas contraídas pagando con alegría. Tercero, donar algo de lo recibido a alguna persona necesitada. 

Cada vez que recibas o entregues dinero decreta con todo el amor y las fuerzas de tu Ser, “que todo el dinero que fluye por mis manos se multiplique, multiplique, multiplique (repites tres veces) en las manos de quien lo recibe y en las manos de quien lo ofrece.